Jacques de Mahieu - El imperio vikingo de Tiahuanacu


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Jacques de Mahieu - El imperio vikingo de Tiahuanacu
América antes de Colón


Prologo a la edición boliviana

Es sabido ya, pues la gente poco a poco va cayendo en cuenta de ello, que la “historia” oficial ha sido distorsionada, mutilada, cambiada, y que por lo mismo, ya no constituye un referente válido para emprender la tan anhelada restauración político-social que todas las sociedades anhelan, imperiosa hoy más que nunca, dada la galopante decadencia por la que atraviesa la humanidad.

Es inexplicable que un libro como el que tenemos el honor de prologar, lleno de información vital, que puede cambiar la forma de ver el mundo y a nosotros mismos, haya sido descontinuado y casi desaparecido del ámbito cultural. Sobre todo, aquí en los Andes, este libro podría generar una revolución social de magnitud sin precedentes, puesto que los paradigmas sobre los cuales se asienta la vida nacional están plagados de racismo, odio y prejuicio, contra los “no originarios” de raza blanca; simplemente un gran porcentaje de la población andina, no figura en absoluto en los censos poblacionales, habiendo sido tachados como resabios de una “conquista” llena de perfidia y maldad, por lo que se le ha quitado el derecho a figurar siquiera como minoría étnica.

Sin embargo, la información de este libro evidencia que pueblos de razas blancas habitaron América siglos antes del supuesto “descubrimiento”, y que estas poblaciones aportaron un bagaje lleno de riqueza cultural, tan vasto y místico, que aún se conserva en el ande, en los mitos, leyendas y folclore de todos los pueblos americanos. La diablada boliviana, y otras danzas andinas, constituyen una prueba irrefutable de ello, Y he ahí la virtud de “El Imperio Vikingo de Tiahunacu” obra de este gran antropólogo, arqueólogo, filólogo e investigador argentino de origen francés, Don Jaques de Mahieu, que recopilo información en un sin número de viajes por México, Guatemala, Perú, Bolivia, Paraguay y la Argentina, siguiendo el rastro de los vikingos en América, y su extraordinario legado, su historia, vicisitudes y horrendo final a manos de una rebelión diaguita encabezada por el Casique “Kari”, en el siglo XIII, que devastó el Tercer Imperio Tiahuanacu.
Sólo la información sucinta que hemos brindado en párrafos precedentes, tira por el piso toda la “historia” que se nos inculca a fuerza de repetición en colegios y universidades. Detrás del mal llamado “descubrimiento”, hay mucho más que un afán de encontrar otra ruta a las Indias Orientales y someter a unos pueblos retrasados. Con la llegada de los conquistadores, arribó una casta sacerdotal que trato de borrar las huellas del pasado atlante de la humanidad y su conexión andina.

Así mismo, detrás de este racismo intolerante del “no blanco” amerindio hacía el hombre “blanco”, hay un odio ancestral afincado por siglos de intolerancia y antagonismo entre castas reales, puesto que fueron los mal llamados “incas” cuando el imperio se encontraba en franca decadencia, los que trataron de hacer desaparecer todo vestigio de la influencia vikinga en la cultura y tradición de los pueblos andinos.

En esta era de la igualdad, de las leyes anti-discriminación, es nuestro deber ser ecuánimes y honestos, puesto que ahora, toda esta tendenciosa parafernalia supuestamente anti-xenofoba y anti-racista constitucionalizada y legalizada pomposamente, sólo se aplica cuando el “blanco” por el hecho de expresar alguna actitud, inclusive justa, ofende a un “no blanco”; en este sentido, hace poco en Bolivia, el gobierno de turno ofendió a cientos de miles de personas discrimándolas del último censo, y nadie dijo o hizo algo para rectificar esa actitud, esta sí, xenófoba, racista e intolerante, de una mayoría que por cuestiones coyunturales posee el control del aparato del Estado, en contra de una minoría que también tiene derechos y virtudes que deben ser tomados en cuenta y respetados.

Que este libro sirva para poner en evidencia a todos aquellos hipócritas que se esconden detrás de la ignorancia de la verdad histórica destruida por siglos de oscurantismo y persecución religiosa, política, social y económica.

Así mismo, que este libro sirva para comenzar a volcar los ojos a nuestro pasado ancestral y así cambiar nuestro presente y con él, conseguir mejores días para esta América de las razas, sufriente, pluricultural, plurinacional y multiétnica.

Cochabamba 15 de Abril de 2013. Los Editores.





Jacques de Mahieu, destacado profesor e investigador francés radicado en Argentina, nos dejó este elaborado libro sobre un tema bastante desconocido por el público general. “Estamos en el año 967 de nuestra era, cierto día de verano. Siete barcos de líneas afinadas, cuyos flancos cubiertos de escudos centellan bajo el sol del trópico, se acercan a Panutlán, un pequeño puerto de pescadores que lleva, desde la conquista española, el nombre de Pánuco, situado en el golfo de México, en el actual Estado de de Veracruz. Algunos de ellos, que avanzan a remo, velas cargadas, plantan su roda en la arena. Unos hombres de gran estatura, blancos, rubios y barbudos, saltan a la playa, gladio o hacha en mano. Para los vikingos del jarl Ullman, es éste el final de una travesía sin historia. Es éste también el punto de partida de una increíble epopeya que se va a desarrollar a lo largo de unos quinientos años”. Así comienza De Mahieu su narración y entrega de argumentos para demostrar la presencia vikinga en América. El volumen es interesante desde varios aspectos, histórico, arqueológico, filológico, étnico y geográfico. La presencia de vikingos de schleswigenses en Mesoamérica y Sudamérica antes de la llegada de Colón, se nos indica, es establecida con “pruebas tangibles a las que nadie ha podido oponer el menor argumento”. Algunas de ellas son los asentamientos arqueológicos encontrados, por ejemplo, en Tacatuí, Paraguay, o en Sete Cidades, Brasil, o las inscripciones rúnicas.

Los sucesos comienzan con la llegada de los vikingos de Ullman, como ya se ha dicho, a las costas de México, convirtiéndose en dominadores de los toltecas e imponiéndoles un orden social cuando éstos sólo eran una tribu, asumiendo, además, Ullman el papel de rey. Posteriormente, en el año 986, habrían incursionado hacia el sur, hasta territorio maya, donde fueron rechazados. Entonces, un grupo de vikingos navega hasta territorio sudamericano, recalando en las costas de la actual Venezuela, y pasando por Colombia alcanzan el Océano Pacífico. Desde allí viajan en canoas rumbo a Ecuador, para luego llegar al norte del Perú y el puerto de Ilo, donde desembarcan. El viaje continuó hacia el altiplano, finalizando en el Titicaca, donde se afincan y fundan Tiahuanacu –o Tiahuanaco-, dando forma al antiguo imperio, hasta que sufren una invasión de pueblos venidos desde el sur, entre ellos aimaras, que toman la ciudad y arrasan con todo, pasando desde entonces a convertirse el antiguo imperio en un período oscuro del que no se tiene noción real en sus orígenes, salvo el mito y las leyendas. El asunto es que los vikingos, en sus incursiones, también lograron arribar a regiones de Brasil y Paraguay, donde incluso en las lenguas aborígenes existen palabras derivadas del norré, que era el idioma de los vikingos schleswigenses ¿Ficción, coincidencias arqueológicas, similitud de algunos vocablos?, sea lo que sea, el libro resulta interesante de principio a fin, desarrollando un tema sobre el cual aún queda mucho por dilucidar y debatir.


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